Inteligencia emocional
La gestión emocional de una situación problemática empieza por la gestión de las propias emociones por parte del docente. Una persona no se convierte en un robot y deja sus emociones en la calle cuando conoce a los jóvenes con los que trabaja. Por lo tanto, desarrollar la inteligencia emocional es esencial para todo buen maestro y educador. Para obtener más información, consulte esta unidad.
Haz un calentamiento
Contesta a las siguientes preguntas mientras hablas con tu compañero o compañera:
¿Qué es la inteligencia? ¿Qué es la emoción? ¿Qué emociones existen? (pon ejemplos)
Aprende
La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer y gestionar las propias emociones, para reconocer las emociones de los otros y para adaptarte a ellas.
Se piensa que consta de tres habilidades básicas:
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La capacidad para ser consciente y reconocer las emociones: la capacidad para identificar tus propias emociones, así como las emociones de otras personas;
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La capacidad de relacionar tu emoción con tus reacciones y comportamientos. Esto incluye la capacidad de “leer” las reacciones y comportamientos de los otros e hipotetizar qué emoción podría ser la causa;
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La capacidad para gestionar las emociones - controlar y dirigir tus reacciones para que te ayuden a pensar y resolver problemas en lugar de suponer un obstáculo; para regular tus emociones; para poder entender a los otros.
Profundiza 1
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¿Por qué para los profesores y educadores es importante desarrollar la inteligencia emocional?
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¿Por qué para los estudiantes es importante desarrollar la inteligencia emocional?
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¿Qué beneficios podrías tener en tu vida profesional, si desarrollaras tu inteligencia emocional?
Profundiza 2
Piensa en la última situación problemática que se ha presentado en tu clase/grupo.
- ¿Qué sentiste en el primer momento?
- ¿Qué sentiste al terminar la situación?
- ¿Cómo resolviste el problema?
- ¿Qué crees que sintieron los estudiantes?
Evalúa la situación y piensa si habría sido posible gestionarla de un modo mejor. Escribe tus ideas e intercámbialas con tu amigo.
Aplica tus conocimientos 1
Paso 1
Crea una tabla de emociones.
Paso 2
Pide a tu grupo regularmente que registre las emociones experimentadas marcándolas con una cruz en la tabla.
Paso 3
Al terminar la semana/mes haz un debate en el que trates los siguientes temas:
- ¿Qué emociones ha experimentado la clase/grupo?
- ¿Cuáles son las emociones predominantes? ¿Por qué?
- ¿Hay alguna circunstancia/acontecimiento que haya influido en los estudiantes para que se sientan de una determinada manera?
Puedes utilizar la tabla de emociones también como un instrumento individual: pide a tus alumnos que registren las emociones que sienten junto a la fuente de las mismas (la actividad que están haciendo, la persona con la que están, las cosas que suceden…). Al terminar la semana o el mes, invítalos a analizarla desde un punto de vista crítico. De esta manera fomentas su reflexión personal y aumentas su conciencia sobre qué/quién es bueno para ellos y qué/quién no lo es. Para terminar, puedes ayudarlos a reorientar/cambiar sus relaciones/hábitos.
Reflexiona
Durante un mes escribe diariamente el diario de tus emociones y las emociones de tus alumnos durante diferentes situaciones referidas a las actividades de clase.
Al terminar el mes responde a las siguientes preguntas:
- ¿Cómo me siento con referencia a mi trabajo de inteligencia emocional durante el mes?
- ¿Se han producido cambios?
- ¿Qué me ha ayudado a distinguir mis emociones de las de mis alumnos?
- ¿Cuál ha sido la parte difícil?
- ¿Qué mejoraría en mi capacidad para reconocer y gestionar mis emociones y las de otras personas?